La Historia de Steven, Steven Greip.
Mi nombre es Steven, Steven Greip para ser más
exactos, pero mi nombre y mis apellidos dan igual cuando todo el mundo te
conoce como: “El loco”, no es que este loco, las cosas que veo son reales. Hoy
he quedado con Samy, mi mejor amiga. Nos conocimos hace cinco años cuando yo
tan solo tenía diez años. Estábamos en un parque, un viejo parque en el que
solo había un columpio. Ella estaba sentada en arena, dibujando cosas extrañas,
cuando la vi me acerque a ella, ya no recuerdo como fue pero supongo que como
todo, “Hola, ¿Qué haces?” y de ahí entablaríamos algún tipo de conversación.
Vive en frente mío, los dos vivimos en un viejo edificio de apenas cinco
plantas, custodiado por un viejo monstruo, maloliente y borracho llamado
Silius. Nuestro edificio no está muy lejos del centro de Bremen, una preciosa
ciudad no muy lejos de Berlín, Alemania.
-
Steven venga baja amor mío – grita mi
madre, con su dulce voz. Mi madre es la única persona que me cree, para los
demás soy un loco, un maniático.
-
¡Ya voy mama! – contesto, mientras bajo
las escaleras corriendo. Entro en la cocina, mi madre, la cual cocina genial,
ha preparado huevos fritos, patatas, bacon y un gran tazón de cereales con
tortitas. Desayuno corriendo, casi atragantándome con los cereales, como
siempre. En cuanto acabó la doy un beso en la mejilla y salgo corriendo a
buscar a Samy. Ella vive sola, no sé nada de sus padres, abuelos ni tíos, tan
solo sé que su hermano murió cuando ella tenía tres años.
La puerta de su casa está abierta, como siempre. A
veces la insisto diciéndole que venga a mi casa, que duerma en la habitación de
invitados, que he de reconocer que es la habitación más bonita de mi casa, pero
ella nunca quiere. Samy siempre me ha contado sus mil y una técnicas para
adivinar lo que va a suceder en un futuro no muy lejano, la verdad es que son
muy convincentes y en algunos casos ha acertado.
Escrito por Tributo Cato.
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